Reflexiones en cuaresma ♦ (4)

Releo en nuestro posting del 11 de febrero, que cuaresma es tiempo de purificación e iluminación, y por lo tanto el período indicado para las reflexiones.Tal vez inspirado por ese espiritu me surgieron algunas consideraciones que expongo a continuación.

Dialoguemos empleando el entendimiento, nos aconseja Pablo en su 1ª carta a los Corintios 14:19.

El pasado 3 de diciembre tuvimos la reunión inicial de nuestro grupo. Allí convinimos nuestros principios y propósitos y los anotamos en nuestra declaración de propósitos.

Acordamos también que, aunque la oración es fundamental en nuestros encuentros,esa no sería nuestra única actividad. Nos propusimos dedicarnos también a conocer más, a aprender unos de otros y a dialogar e intercambiar reflexiones, aunque siempre acerca de temas relacionados con nuestra fé. Profundizar en nuestra fe significa también aprender y entender para poder discernir el camino correcto. Para eso necesitamos comprender, estar dispuestos a dialogar, a exponer y a escuchar, a no temer la controversia. Pero así no pudo funcionar... lamentanlemente.

Teniendo en cuenta la diferencia nuestras edades, pensé que mi tarea en El Camino podría ser la de alguien que asimiera tres roles: un cuidador de ovejas, un mentor para los que aún desconocen ciertos temas, y un anciano que guía a los más bisoños (antes se lo llamaba presbyteros, que significa "el más viejo"). Durante tres meses también me empeñé en la tarea de editar en estas páginas. Pensé que este blog podía ser una ayuda para intensivar nuestro diálogo, una forma de mantenernos en comunicación constante sin estar sujetos a la presencia en un sitio en un momento específico, pero siempre con más profundidad de la que permite un mensaje por Whatsapp. Creí que esta página podría llegar a ser especie de foro de encuentro y una memoria colectiva para nuestro grupo, un album de recuerdos donde iríamos registrando en forma ordenada la crónica de lo iba sucediendo, acontecimientos, fotos, audios o videos.

Pero teniendo en cuenta el escaso eco obtenido hasta ahora, la carencia de comentarios, la ausencia de aportes, observaciones o criticas, debo admitir que me equivoqué. ¡Que lástima!