Reflexiones en cuaresma ♦ (5)

Defensa de la fé

La apologética nos enseña a defender nuestra fé; a educarnos y formarnos en ella para poder mejor educar y formar a los demás.

No debemos olvidar que la evangelización más efectiva empieza en nosotros y sigue con las personas cercanas con quienes nos relacionamos. No necesitamos ir a sitios lejanos para llevarla a cabo; los mejores testimonios de fé se dan a nuestro alrededor, a través de nuestros seres queridos y otros menos queridos; ellos forman parte de nuestro campo de misión. Tratemos de siempre de proyectarles optimismo, pues la fé es portadora de paz y de una alegría que se contagia. Pensemos siempre que Dios nos ha seleccionado para cumplir su plan. Aceptémoslo con el corazón lleno de gratitud porque Él ha confiado en nosotros y nos hizo sus discípulos.

En nuestra misión de defensa de la fé tenemos que preguntarnos antes de responder; pues una de las cosas más valiosas que la práctica de la docencia pone siempre en evidencia, es que recién se puede saber cuán cierto es un argumento cuando éste ha sido examinado y cuestionado hasta el punto que quien lo escucha tiene que cuestionarse a sí mismo. Y cuestionarse no es algo reprobable, por el contrario. Es la manera en como crecemos en entender y en valorar de nuestra fé.

Esta es la razón por la cual busco el diálogo y por la cual comencé a anotar estas reflexiones, para muchas de las cuales no tengo respuestas

Creo para entender y entiendo para creer ...

dijo san Agustin y volvió a decir san Anselmo.